El primer paso para resolver conflictos es entender por qué ocurren. ¿Tus gatos están peleando por territorio, comida o quizás por tu atención? Observar cuándo y dónde ocurren normalmente los conflictos puede ayudarte a identificar los disparadores y a abordarlos de forma más efectiva. Aquí tienes algunas de las razones por las que los gatos pelean:
Comportamiento territorial
Los gatos son inherentemente territoriales, una característica heredada de sus ancestros salvajes. La introducción de un nuevo gato en el hogar puede ser percibida como una amenaza al territorio del gato existente, lo que provoca conflictos. Incluso en hogares con varios gatos que han crecido juntos, los cambios en el entorno o en la estructura social de los gatos pueden desencadenar disputas territoriales.
Miedo y ansiedad
El miedo es un poderoso motivador de la agresión en los gatos. Un gato que se siente acorralado o amenazado podría atacar como forma de defensa. Esto es común en hogares donde hay una falta de rutas de escape o espacios para esconderse. La agresión impulsada por el miedo también puede ocurrir si un gato ha tenido una experiencia negativa en el pasado con otro gato, persona o situación y se encuentra con un escenario similar.
Agresión de juego
A veces, lo que parece ser una pelea es en realidad un comportamiento de juego, especialmente en gatos más jóvenes. Las peleas de juego son una parte normal del comportamiento felino y son una manera para que practiquen técnicas de caza y liberen energía. Sin embargo, el juego puede escalar en agresión real si no se supervisa. Las señales de juego incluyen retirarse y volver voluntariamente, posturas corporales relajadas y la ausencia de bufidos o gruñidos.
Agresión redirigida
Este tipo de agresión ocurre cuando un gato se excita por algo pero no puede responder directamente (por ejemplo, ver otro gato por la ventana pero no poder alcanzarlo) y en su lugar dirige su comportamiento agresivo hacia otro gato o persona en el hogar. La agresión redirigida puede ser súbita y severa, sorprendiendo a la otra parte.
Agresión inducida por dolor
Si un gato siente dolor, su tolerancia a la interacción puede disminuir drásticamente. Puede atacar en respuesta a un toque en un área dolorosa, o puede mostrar una mayor agresión debido al estrés de su malestar. Esto es especialmente común en gatos mayores que pueden sufrir de artritis u otros problemas de salud crónicos.
Agresión sexual
En machos no castrados y hembras no esterilizadas, los cambios hormonales pueden llevar a comportamientos agresivos. Este tipo de agresión a menudo se dirige a otros gatos y puede ir acompañada de otros comportamientos como marcar con orina, maullidos fuertes y intentos de escapar de casa para aparearse.
2. Proporciona recursos separados
La competencia puede llevar a conflictos. Asegúrate de que cada gato tenga sus propios cuencos de comida y agua, bandejas de arena y zonas para dormir. La regla general es tener un recurso más del que hay de gatos. Esta estrategia reduce la competencia y brinda a cada gato su propio espacio para comer, beber y hacer sus necesidades en paz.
3. Aumenta el espacio vertical
A los gatos les encanta el espacio vertical, ya que les permite escapar y observar su entorno de forma segura. Productos como árboles para gatos o estanterías de pared pueden enriquecer significativamente el entorno de tus gatos. Proporcionar múltiples plataformas altas puede reducir la tensión al darles más opciones para evitarse mutuamente si lo desean.
4. Introduce un difusor de feromonas relajantes
Los difusores de feromonas pueden ayudar a calmar a gatos ansiosos y reducir comportamientos agresivos. Estos difusores emiten una versión sintética de la feromona que las gatas madre producen para calmar a sus gatitos, lo que puede ser efectivo también en gatos adultos.
5. Asegúrate de una correcta introducción de nuevos gatos
Si las peleas comenzaron después de introducir un nuevo gato, podría deberse a técnicas de introducción inadecuadas. Reintroduce a los gatos de forma gradual, comenzando con el intercambio de olores, luego breves presentaciones visuales y aumentando gradualmente su tiempo juntos bajo supervisión hasta que puedan coexistir pacíficamente.
6. Crea una rutina
Los gatos prosperan en la rutina, ya que les hace sentir que su mundo es predecible y menos amenazante. Establece un horario consistente para la comida, el juego y la atención. Esta previsibilidad puede reducir la ansiedad y el comportamiento territorial.
7. Utiliza la terapia de juego
La terapia de juego puede ser beneficiosa para reducir la agresión y mejorar las relaciones entre gatos. Usa juguetes para interactuar con tus gatos juntos, animándolos a centrarse en el juguete en lugar de atacar entre ellos. Esto no solo les ayuda a quemar energía, sino que también genera asociaciones positivas entre los gatos.
8. Monitorea y gestiona las interacciones
Presta atención a las interacciones entre tus gatos. Si notas signos de tensión, distráelos con un aplauso fuerte o un chorro de agua. No dejes que se peleen, ya que esto puede aumentar la agresión con el tiempo. Intervenir de forma consistente puede enseñarles que pelear no es un comportamiento aceptable.
9. Da atención individual
La envidia puede ser un gran motivador para la agresión. Asegúrate de dedicar tiempo de calidad uno a uno con cada gato, brindando afecto e interacción que les asegure su valor para ti. Esta atención personal puede ayudar a reducir la rivalidad y los sentimientos de negligencia.
10. Consulta a un veterinario o etólogo
Si todo lo demás falla, busca ayuda profesional. Un veterinario puede revisar si hay problemas de salud que puedan estar provocando el comportamiento agresivo. Un etólogo puede ofrecer estrategias más específicas basadas en la observación de las interacciones de tus gatos.
Incorporando soluciones de enriquecimiento ambiental
Añade a tu hogar productos prácticos como árboles para gatos para crear espacios verticales, que no solo aportan enriquecimiento ambiental sino que también proporciona soluciones que se adaptan a la estética de tu hogar. Considera sus diseños para enriquecer el entorno de tus gatos, lo que puede ser fundamental para reducir el estrés y la agresión. Por ejemplo, integrar un árbol de gatos en tu hogar no solo enriquece el entorno de tus gatos al proporcionarles su propio espacio, sino que también añade un toque de estilo, ¡un win-win para el dueño y la mascota!
Reflexiones finales
Manejar los conflictos entre gatos requiere paciencia y un poco de ensayo y error para encontrar lo que mejor funciona en tu situación particular. Recuerda, el objetivo es crear un hogar pacífico y agradable para todos tus peludos, fomentando un ambiente donde se sientan seguros y valorados. Con las estrategias y herramientas adecuadas, puedes minimizar o incluso eliminar las peleas, ayudando a tus gatos a convivir más armoniosamente.
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Clara González, periodista especializada en el mundo animal, comparte su pasión y conocimiento en Kibupet.com. Con más de diez años escribiendo sobre el cuidado y bienestar animal, Clara ofrece consejos prácticos y guías útiles para tutores de todo tipo de mascotas. Vive en España con su gato Leo y su perro Max, siempre buscando inspirar a otros a cuidar mejor de sus queridos compañeros.