El vínculo evolutivo: por qué los perros nos entienden tan bien
Los perros y los humanos han tenido una afinidad especial y duradera durante miles de años. Dado que los canes con una inteligencia emocional superior tenían más probabilidades de sobrevivir, algunos expertos creen que este vínculo es evolutivo. Es posible que los primeros perros que respondieron a las señales no verbales de los humanos fueran alimentados, alojados y protegidos. Hoy, los perros parecen tener una capacidad única para percibir nuestras emociones, y esta relación mutualista ha seguido desarrollándose.
Según las investigaciones, los perros son uno de los pocos animales no humanos que utilizan el contacto visual para comunicarse con las personas. Observan atentamente nuestro lenguaje corporal, el tono de nuestro discurso y nuestras emociones faciales. Por ejemplo, una investigación publicada en Animal Cognition demostró que los perros eran capaces de distinguir entre caras enfadadas y felices. Cuando se les daba a elegir, los perros adiestrados para el estudio elegían sistemáticamente la cara feliz. La capacidad de los perros para identificar y responder bien a las emociones humanas queda demostrada por este comportamiento, que probablemente se ha desarrollado a lo largo de muchas generaciones de amistad.
Comprender las emociones a través del olfato: Los perros y el poder del olfato
Ser capaces de «oler» nuestras emociones es una de las características más intrigantes de la detección canina de las emociones. El sistema olfativo de los perros es mucho más avanzado que el nuestro; tienen hasta 300 millones de receptores olfativos, mientras que los humanos sólo tenemos entre 5 y 6 millones. Para comprender el mundo que les rodea, incluidos los estados de ánimo de sus compañeros humanos, los perros deconstruyen complicados compuestos químicos para «leer» los olores. Nuestros cuerpos emiten diminutas señales químicas llamadas quimoseñales cuando sentimos emociones como tensión, miedo o alegría. Estas señales pueden ir desde feromonas hasta variaciones en el olor corporal causadas por la fluctuación de los niveles hormonales.
Algunos estudios han demostrado que los perros son capaces de reconocer estos cambios e incluso responder a ellos. En un experimento, se dieron a los perros muestras de sudor de humanos en distintos estados emocionales, como tensión, miedo y felicidad. Los olores de felicidad hicieron que los perros se comportaran de forma relajada y amistosa, mientras que los olores de miedo les hicieron mostrar signos de ansiedad y frecuencias cardíacas elevadas.
La razón por la que los perros se utilizan con frecuencia como animales de terapia para personas que sufren ansiedad o TEPT se debe al poder de su olfato. Pueden percibir cuando alguien está tenso o nervioso, y a menudo ofrecen consuelo estando allí. Es como si estos perros pudieran «sentir» las emociones a través de sus narices extremadamente sensibles y luego reaccionaran con empatía.
El cerebro canino y la conexión humana
Los recientes avances en neurociencia han permitido comprender mejor lo que ocurre en el cerebro de nuestros compañeros peludos. Las resonancias magnéticas de perros han permitido a los investigadores ver qué zonas del cerebro de los perros responden a voces humanas, emociones e incluso palabras concretas. Descubrieron que cuando un perro oye un tono alegre o un elogio conocido, su cerebro se ilumina. El núcleo caudado, una región vinculada a la anticipación de recompensas y buenas emociones, es la zona que se ilumina.
Además, los sonidos y tonos de las voces humanas son muy sensibles en el cerebro de los perros. Los perros pueden distinguir entre ruidos alegres y tristes, y reaccionan a estas diferencias con diversos comportamientos. Esta sensibilidad vocal contribuye al vínculo emocional especial que tenemos con nuestros perros. Cuando hablas en un tono tranquilizador, tu perro puede inclinar la cabeza o aguzar las orejas, como un mejor amigo, lo que indica que está totalmente concentrado en entenderte.
Empatía vs. simpatía: ¿son los perros realmente empáticos?
Los perros pueden percibir nuestras emociones, según los datos, pero la cuestión de si son realmente empáticos sigue sin respuesta. ¿»Sienten» lo que nosotros, o simplemente reaccionan de forma condicionada? La capacidad de identificar y experimentar los sentimientos de otra persona se conoce como empatía en los humanos. La situación es más complicada en los perros.
Una investigación llevada a cabo en la Universidad Goldsmiths de Londres investigó esta cuestión observando el comportamiento de los perros cuando las personas fingían lágrimas u otros signos de angustia. Los canes del estudio no sólo se acercaban a las personas que sollozaban, sino que lo hacían de forma tranquilizadora y silenciosa, más que cuando esas mismas personas simplemente tarareaban o conversaban.
Aunque puede que los perros no tengan la misma capacidad de empatía que los humanos, los investigadores descubrieron que tienen una especie de «contagio emocional» que les permite responder a los sentimientos de los demás de forma tranquilizadora. Los perros parecen preocuparse de verdad por los sentimientos de sus congéneres, tanto si se trata de un comportamiento innato como aprendido. Algunos expertos afirman que, aunque los perros no puedan comprender la complejidad de las emociones humanas, son capaces de reconocer indicios y señales, lo que les lleva a reaccionar de forma similar a la empatía.
Perros y terapia: cómo los perros cambian vidas
La capacidad de los perros para sentir las emociones humanas tiene muchos usos prácticos. Los perros de terapia se utilizan para reducir el estrés y mejorar la salud mental en escuelas, residencias de ancianos y hospitales. Ayudan a personas que sufren trastorno de estrés postraumático, a niños autistas e incluso a pacientes sometidos a procedimientos médicos difíciles.
Los perros de terapia pueden ayudar a las personas a controlar sus emociones detectando cuándo están preocupadas o ansiosas. Los niños que tienen dificultades para leer también pueden beneficiarse de los perros de terapia a través de programas como Leer con Rover. A los niños que se sienten incómodos leyendo en voz alta a los adultos les resulta más fácil leer a los perros, porque les tranquilizan y no les juzgan. En estas situaciones, los perros proporcionan un refugio seguro para que los niños desarrollen sus habilidades lectoras, ofreciéndoles compañía y apoyo emocional.
Cómo reforzar el vínculo afectivo con tu perro
Desarrollar un estrecho vínculo emocional con tu perro mejora su capacidad para reconocer tus sentimientos y responder a ellos. Estos consejos te ayudarán a desarrollar ese vínculo:
- Mantén el contacto visual: Aunque a veces puede parecer aterrador para los humanos, el contacto visual fomenta la conexión y la confianza en los perros. Dedica unos minutos al día a mirar a tu perro a los ojos, de forma suave y no amenazadora. Los estudios demuestran que el contacto visual puede profundizar vuestro vínculo al aumentar los niveles de oxitocina tanto en humanos como en perros.
- Sé coherente con tu tono: Los perros detectan muy bien los tonos hablados. Cuando te comuniques con tu perro, utiliza un tono relajante y optimista para que te asocie con calidez y seguridad.
- Practica el afecto físico: Rascarle suavemente la oreja o frotarle la barriga puede tener un gran impacto. Además de reconfortar a tu perro, el contacto físico genera oxitocina, que os beneficia a ambos.
- Dedica tiempo a prestar atención a lo que haces con tu perro: Pasad tiempo juntos con atención jugando, dando paseos o simplemente descansando uno junto al otro. Podéis comprender mejor los ciclos del otro y reforzar vuestro paisaje emocional compartido dedicándoos tiempo el uno al otro.
El papel especial que desempeñan los perros en nuestra vida emocional
Aunque la ciencia puede explicar muchos de los mecanismos que subyacen a la sensibilidad emocional de los perros, tener un perro que «te entienda» es algo más que una reacción biológica. Los perros nacen con la capacidad de darnos alegría, de apoyarnos en los momentos difíciles y de establecer un vínculo inexplicable con nosotros. Puede que nunca lleguen a comprender del todo nuestros sentimientos, pero responden con una especie de empatía mística.
Recuerda que tu perro no está ahí por costumbre la próxima vez que te sientas un poco deprimido. Quieren estar a tu lado porque sienten algo. Los perros nos demuestran que a veces el mejor tratamiento viene a cuatro patas, ayudándonos a afrontar los altibajos de la vida a su manera. Si te ha gustado este artículo y quieres más consejos sobre el cuidado y la conexión con tu mascota, no dudes en seguirnos en Kibupet, ¡tu web de confianza para todo lo relacionado con tus peludos!
Clara González, periodista especializada en el mundo animal, comparte su pasión y conocimiento en Kibupet.com. Con más de diez años escribiendo sobre el cuidado y bienestar animal, Clara ofrece consejos prácticos y guías útiles para tutores de todo tipo de mascotas. Vive en España con su gato Leo y su perro Max, siempre buscando inspirar a otros a cuidar mejor de sus queridos compañeros.
Es un tema interesante, pero la verdad no me convence del todo la idea de que los perros sienten emociones como nosotros. A veces parece más un instinto que empatía real. Se habla mucho de la conexión, pero creo que es más por adiestramiento y costumbre que por una comprensión emocional profunda. Me gustaría ver más estudios serios al respecto.